Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Debemos permitir que nuestro Dios limpie nuestro corazón y mente. Luego estaremos preparados para cuando venga su hijo, Jesus.
No hay comentarios:
Publicar un comentario